La paz se asoma en la montaña
Medio: Diario El Nuevo Liberal
Fecha: 21 12 2015
Conmovedores y sencillos testimonios de pobladores del Cauca a quienes el silencio de los fusiles ya les cambió la vida. Su sueño ahora es la reconciliación definitiva.
Las tierras del Cauca sirven de albergue a algunas cosas que definen al país. Por ejemplo, aquí se sitúa el nudo montañoso que es punto de partida de las cordilleras Central y Occidental y también del nacimiento de los ríos Cauca y Magdalena. Desde hace unos meses, por esta vegetación espléndida se escuchan unos sonidos que simbolizan la paz en toda su dimensión: es la risa de los niños de varias escuelas rurales y que en los días de combate debían refugiarse en casa, privarse de la educación, para no caer en el fuego cruzado de los guerreros.
Eso lo sabe bien Luis Evelio Idia de la Institución Educativa Agropecuaria Quintín Lame de Tacueyó, Toribío, y del programa Ser+Maestro. Él es docente y hace parte del movimiento indígena del resguardo de su pueblo, un territorio por donde prácticamente todas las guerrillas han pasado. El recuerda que la paz con el M19 se firmó acá en la vereda Santo Domingo. Ahora valora los últimos días porque ha “habido una aparente calma”. Anota que “aparente” porque los largos años del conflicto han dejado heridas profundas y “uno no sabe que se está gestando pese a que se han dado avances de paz”. Lo que pasa, anota, es que uno que vive en el territorio “siente que debe estar precavido”. Hay que reconocer, reconoce, que si se ha dado un beneficio para la población con el cese al fuego.
Entonces, con sus palabras, cuenta su historia. Antes si se vivía mucha tensión, cuando el ejército se ubicaba en algún lugar ahí empezaba el hostigamiento, a veces la institución quedaba en medio de los fuegos. Los estudiantes se desplazan desde las veredas a la institución y cuando ellos venían se daban los enfrentamientos. En varias oportunidades no pudieron estudiar por el conflicto. “Ahora hay más calma y se desplazan tranquilos”. Seguros a sus casas. En una ocasión les tocó quedarse hasta las 5 de la tarde pese a que salían a las 2:30 porque se rumoraba un combate. Ya no es así.
Evelio Idia explica, sin embargo, que el tejido de la paz todavía es frágil. “Aún quedan muchas dudas”. Veo, dice, que si el gobierno no le cumple a las Farc el acuerdo se puede romper, entonces el gobierno cede y cede va a llegar un punto en el que no va a poder ceder más y eso se puede romper.
¿Hay unidad de las Farc? “Uno en el contexto acá en el que habita, a veces pareciera que no estuvieran de acuerdo los mismos de las Farc, como que hay unos hablando pero otros no están de acuerdo con eso. También hay muchos intereses y eso mueve a los acuerdos”.
Eso sí pide bajar el alborozo porque la firma de la paz no es la paz misma. “Yo creo que la firma en el Cauca no va a cambiar mucho los problemas. Los fusiles se apagan pero los problemas van a seguir, es una cuestión económica, esa desigualdad social. Aquí hay una situación compleja porque aquí está la base del movimiento indígena, que no es radical que no es fuera de lugar es decir que tenemos una voz y que nos escuchen. Los fusiles pueden callar, pero la realidad poco va a cambiar. Para que haya verdadera paz fuera de esa firma tiene que haber un cambio de actitud frente y por parte de ciertos sectores, hay que hacer una inversión que sea coherente con la realidad, dejar de ver al país desde Bogotá desde la “periferia” que vendría siendo el Cauca. Hay que cambiar esa mirada de desigualdad de que algunos son más que los otros para que haya paz”.
Evelio Idia dice que ha habido varios momentos en que el conflicto lo ha movido. “Uno fue aquí en la vereda Gargantilla en donde vivo yo en el 2012 en marzo, fue un ataque militar a un campamento donde si habían unos guerrilleros pero que ese día habían recogido a unos menores de edad que se fueron engañados para allá. Pero un integrante de las FARC había coordinado eso con el ejército y les vendió las coordenadas. Ahí es donde uno no entiende que vale más la plata que veinte vidas. Otro caso fue también en el 2012 en Julio, cuando las Farc explotó una chiva bomba en la plaza de Toribío, y como siempre son los inocentes los que pagan. Yo estaba con mi niña de 6 meses allá. En noviembre la guerrilla nos mata a dos guardias Uno acá ve la deshumanización de ambas partes, del gobierno y la guerrilla”.
Y Evelio Idia vislumbra un futuro complejo. “El departamento va para una continuidad de la confrontación política porque acá el movimiento indígena va a continuar en su posición en educación, salud y todo el componente que ha propuesto. Entonces en el post conflicto vienen los de las Farc a proponer sus propias cosas, entonces va a ser como o se va para la izquierda o la derecha pero no, el movimiento se queda en su posición. Yo aquí hablo de ambos sectores, de la izquierda y la derecha”.
Otro testimonio que retrata en toda su dimensión lo que ocurre aquí es el de Mariela Larrahondo de Villa Rica, Cauca. “Vivo en Caloto, dice, un hermoso municipio golpeado por la violencia, hago parte de 24 docentes que formaron en el programa ser + maestro. Trabajo en la institución técnica educativa Senón Fabio Villegas”. Recuerda que ha sido docente durante más de 30 años y en realidad amo esta profesión también soy madre de familia. Lo más importante que he aprendido en este programa ha sido el ser, que es más importante que los estudiantes aprendan a estar bien. El programa me parece maravilloso, yo ya me capacite y en este momento ya somos capacitadores. Hay que decir que Juan Guillermo Araque, maravilloso como nosotros le decimos, hizo de nosotros también personas maravillosas. Y ha transformado nuestras vidas.
Ser capacitadora ha sido una experiencia muy bonita porque pudimos impartir el conocimiento que nos dieron a nosotros y no nos quedamos con él. Hoy estamos capacitando a 300 maestros del norte del cauca. Que rico que esos 300 puedan capacitar más y más compañeros y que ellos puedan darle a nuestros estudiantes, el apoyo y la colaboración que nosotros les podemos brindar. Recargar a nuestros jóvenes de valores de afecto, saber escucharlos porque cuando yo lo escuche él se fortalece, se siente importante”.
Mariela Larrahondo dice que gracias al proceso de paz ahora pueden caminar más tranquilos, que ellos están más tranquilos por sus hijos. “La situación ha mejorado significativamente. Antes había que estar pendiente de las amenazas pero hoy no, uno puede estar más tranquilo, mandar a sus hijos al colegio tranquilos. No es que no pudieran ir a estudiar sino que había mucha zozobran pero hoy no”.
¿Cómo vislumbra el futuro? “El departamento va a ser más tranquilo, va a haber inversión en la gente que es lo más importante. De hecho hoy está pasando eso, hay más confianza”.
Dice que sueña con un Cauca en paz. Uno en el que todos los niños puedan ir a la escuela tranquilos donde haya oportunidad para todos, donde no haya deserciones colar, donde se piense en los hogares en cada de las oportunidades que se tiene. Un Cauca lleno de oportunidades para todos. Dice que el departamento respira hoy otro ambiente. “Me ha impactado ver lo fructífero que ha sido para mí este año con los estudiantes, pude desarrollar proyectos de liderazgo donde los niños fueron líderes. Ahorita estamos desarrollando una escuela de liderazgo, una feria agroindustrial, un homenaje a Colombia. Este último fue muy bonito porque a los niños no les importaba quedarse hasta las 5 o 6 de la tarde practicando una ensayando, esto es el resultado de una pedagogía de afecto”.
Y anota que se ha disminuido mucho los niveles de deserción escolar porque ya los niños ven la escuela un lugar atractivo porque es el lugar donde va a recibir enseñanzas llenas de afecto. Y dice que hoy todas las sensaciones son mejores. En Villa Rica, por ejemplo, no se habían visto afectados en la escuela por el conflicto sino que la escuela no era atractiva para los niños. Sin embargo, esa aparente serenidad fue dinamitada de la manera más dolorosa. “El reto más grande al que nos enfrentamos por el conflicto fue cuando pusieron la bomba en Villa Rica en la institución porque ellos acababan de salir, ese fue el momento más triste que hemos vivido”. Hoy es un recuerdo de un pasado reciente, pero pasado al fin y al cabo.
Yaneth Hurtado de la Institución Educativa de Toribio es otro ejemplo de unas vivencias que deberían ser escuchadas en todo el país. Vive en Toribio ha trabajado desde hace más de 16 años en docencia en las comunidades indígenas. “Mi reto más grande ha sido hacerle frente al conflicto armado, acá estamos en una zona de conflicto como todos saben. Hay una demanda de estudiantes muy grande 1128 estudiantes entonces, los hostigamientos fueron muy duros porque nos tocó evacuar la institución muchas veces por problemas de seguridad, a vece son tocaba suspender clases durante varios días en el 2009, 2010, 2011, 2012 y 2013 fue muy duro”. Se trata de una enumeración que no tiene fin. Como si pasara las cuentas de un rosario sin cesar.
“Hoy en día yo creo en el proceso de paz porque este año no hemos tenido problemas de seguridad, los estudiantes han acudido a sus clases normalmente, ha sido un año muy tranquilo”.
¿Qué significa para ella el cauca en paz? “Que podamos salir libremente que no tengamos que estar cohibidos no estar pensando en que momento ocurre un hostigamiento, un atentado en la vía. Antes ese miedo era el pan de cada día. Hoy no”. En estas condiciones puede realizar mejor su trabajo. “La institución tiene buen reconocimiento académico, los padres de familia confían mucho en nosotros así en el pasado hubieran problemas los padres confiaban en nosotros. Hoy aún más. Es una nueva época.”
Ella tiene mucha fe, confianza en el futuro. “El departamento va a lograr mucho con el proceso, vamos a tener tranquilidad en seguridad. Porque pues ya no estamos pensando en que ya no podemos salir porque va a haber un hostigamiento y que podemos ser víctimas de una bala perdida”.
Su historia es un ejemplo de una sobreviviente. “He tenido que enfrentar muchas situaciones compleja. En especial desde el 2002 que empezaron las tomas guerrilleras hasta la chiva bomba que pusieron en la plaza. Esto fue muy duro porque muchos niños quedaron sin papas, sin casa; toco sacar fuerzas de donde no teníamos, nosotros somos 45 docentes y algunos de los niños tienen crisis nerviosas y hay que tratar de demostrar tranquilidad para no causar pánico porque es duro. Hay 35 estudiantes entonces uno a veces ve un niño que esta como decaído y lo tiene que ayudar. Los profesores son unos profesionales ellos tienen estrategias para controlar a los niños en los salones para que no entran en shock de pánico, cantan, ponen música, se ponen a pintar así muchas estrategias para evitar que los niños entren en pánico”.
Ella dice que el programa Ser+Maestro es excelente, es muy bueno, porque hay mucha empatía, mucho respeto nos ha llegado al corazón. “Los profes lo están aplicando en los salones de clase y se ven los resultados. Hay más confianza entre los profesores y los estudiantes, ya hablan, preguntan y eso ha mejorado el rendimiento”.
“El programa me ha invitado a escribir todo lo que nos pasa, escribir lo que nos ha pasado para dejar una historia en la institución para que sepan cómo fue nuestro trabajo los próximos maestros que lleguen a la institución. Yo llevo una bitácora desde el 2009 aproximadamente, Canal Caracol hizo una entrevista sobre eso, escribo a diario todo lo que pasa en la institución, los estudiantes, los profesores”.
Adriana Tombé de la Institución Educativa DXI PADHEN (Abriendo Caminos), Caloto s de Santander de Quilichao pero trabaja en Caloto es otra voz que habla de un nuevo tiempo. Para ella ha sido muy gratificante y muy importante que en Toribio hay población de todo tipo, indígena, afro, aprender de la cultura, conocer toda la espiritualidad todo el aspecto comunal, ha sido un reto abrir la mente para construir desde el contexto. Hay que construir desde la parte pedagogía para que sea mucho más significativo, ese uno de los grandes retos.
“Pero el más grande es que hemos estado expuestos al conflicto armado al estar en una zona roja a veces hay mucho temor pero también da mucha fuerza ver que los estudiantes y los padres de familia confían en uno”. Anota que vive tiempos distintos. “Hoy la situación es mucho más manejable gracias al proceso de paz, han disminuido las situaciones de inseguridad. La paz no solo se firma en la habana, la paz la construimos entre todos sobre todo en los espacios educativos. Antes había muchos hostigamientos y los alumnos no podían llegar o permanecer en las aulas, cuando había enfrentamientos que era siempre los estudiantes no podía llegar a la institución y esto influía en su rendimiento en su educación. Además no era ningún secreto que los estudiantes se podían llegar a vincular a alguna de las filas”.
“Una de las estrategias que hemos desarrollado para enfrentarnos a esto ha sido el arte para inculcar a los estudiantes a la escuela. Con esta vinculación hemos podido disminuir la deserción. Hicimos unos murales muy bonitos, desde el color, con unas expresiones para que los muchachos se expresaran incluso los muchachos iban los fines de semana”.
Este año aquí cuentan con la ayuda del ministerio de Cultura para hacer una escuela de formación musical, desde la parte indígena esto fue muy significativo. Trabajos siempre en red, para impactar más que se pudieran brindar más oportunidades. “Seguimos tocando muchas puertas porque la respuesta por parte de los estudiantes ha sido muy buena y pues ha sido un proceso muy bonito”.
Ella cree que el departamento tiene mucho potencial, hay mucho interés del sector privado de invertir en responsabilidad social. “Tengo ese sueño que vuele más alto y que tengo más oportunidades, que deje de ser un departamento complicado que se posicione de pronto desde el arte desde los atractivos turísticos. Creo que hay mucho potencial, porque lo he visto y además hay compromiso. Creo que hay que hacer un trabajo en el que se escuchen todas las voces, para que se puedan construir muchas más cosas y seguir generando resultados significativos”.
En general estos maestros coinciden en señalar que el país debe conoce el Cauca en paz, conocer estas espléndidas montañas, llegar a todos los municipios sin tener el temor de encontrarse situaciones de conflicto armado. Que realmente se gestionen oportunidades y se den proyectos, estrategias donde se tengan en cuenta el medio ambiente, escuchar a las comunidades. Generar proyectos productivos, integrar a las familias para generar estabilidad económica. Es importante impactar a los municipios porque si hay muchas necesidades pero hay que generar esas estrategias.
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